LA IMPORTANCIA DE CREAR NUEVOS HÁBITOS DANCÌSTICOS
Por ser entonces un vehículo de comunicación y de expresión muy directo es que tradicionalmente se la ha usado a instancias de la enseñanza para influir en aspectos claves como: adquirir y desarrollar habilidades, destrezas y tareas motoras, desarrollar la coordinación, la creatividad, la memoria, la atención y la interacción social.
Precisamente en el plano social se eleva la importancia de esta destreza a la hora de mejorar los vínculos sociales, de mejoramientos de los estados anímicos, entre otros. Además, es la base de la diversión nocturna, con el emplazamiento de bares, discotecas, pubs y hasta teatros donde se brindan recitales.
Un absoluto beneficio para la mente y el cuerpo
Y no podemos soslayar los beneficios que le reporta a la salud en cualquier edad que se la realice, ya que los años no son una barrera de ninguna manera pudiendo por tanto ser desarrollada por adultos mayores que tengan ganas de divertirse.
Con la danza, la expresión y la diversión tienen prioridad, en tanto, cuerpo y mente recibirán directamente sus aportes entre los que destacan: reducción de los niveles de estrés y estados depresivos, incremento de la confianza y de la autoestima, fortalecimiento del corazón, pérdida de peso corporal, aumento de la energía, aporta flexibilidad, resistencia y fuerza a los músculos.
Por otra parte, hay estudios científicos que demuestran que este arte que mezcla movimientos corporales acompañados de música ayuda a prevenir enfermedades que afectan a la memoria, tal es el caso del Alzhéimer, la más emblemática en este tipo, e incrementa los niveles de inteligencia.
Nada puede, entonces, ser más positivo que bailar, y por ello se recomienda hacerlo regularmente a lo largo de la vida, una de las actividades para las cuales no hay edad, solo basta con el compromiso y las ganas de divertirse.